Este trabajo se sitúa en la frontera entre la fotografía y el arte conceptual. 

No son fotografías en el sentido tradicional, sino impresiones artísticas que revelan el proceso de retoque y dirección de arte, normalmente invisible en la industria del retoque fotografico.

Cada print pertenece al género de la fotografía intervenida y al mismo tiempo se inscribe dentro del movimiento postfotográfico contemporáneo. 

Lo que se adquiere no es la imagen original, sino su huella de trabajo: notas, marcas y decisiones que construyen la versión final. Un collage digital que mezcla años, épocas de retoque y vida personal.

Cada print es una pieza artística que revela una mezcla de “eso que no se ve”: la marca del último ojo que toca la imagen antes de publicarse.

Un testimonio íntimo del proceso, transformado en obra impresa.